Siempre me ha gustado mirar al cielo.
(Estaba tumbada entre unos rastrojos de cebada y un majuelo. Como en tantas ocasiones, miraba una infinidad de estrellas en ese negro y profundo cielo, esa noche no era especial, y de nuevo sentí cómo se me aceleraba el corazón durante esos instantes en los que una estrella fugaz surcaba el cielo)
Aún recuerdo esas noches de verano. No siempre era verano, pero se repetía esa misma situación. ¿Qué ha sido de todas esas estrellas? ¿Dónde están además de en mi corazón? Puede que no sean más que polvo estelar. ¿Pero no es de polvo de estrellas de lo que están constituídos los sueños, las fantasías, ...? Al menos eso es lo que narraban en los cuentos.
Allá en ese lugar donde residen los recuerdos, podré encontrar aquello que nunca ocurrió. Paradójicamente, ese maravilloso mundo de la imaginación provocó esos sentimientos y sensaciones que tan hondamente se clavaron en mi recuerdo. Después de tanto tiempo, cuando miro al cielo en esas nochas de verano en las que raramente ese puden ver las estrellas, oyendo el rumor del mar, aún me sobrecojo cuando una estrella fugaz surca el cielo.
(Estaba tumbada entre unos rastrojos de cebada y un majuelo. Como en tantas ocasiones, miraba una infinidad de estrellas en ese negro y profundo cielo, esa noche no era especial, y de nuevo sentí cómo se me aceleraba el corazón durante esos instantes en los que una estrella fugaz surcaba el cielo)
Aún recuerdo esas noches de verano. No siempre era verano, pero se repetía esa misma situación. ¿Qué ha sido de todas esas estrellas? ¿Dónde están además de en mi corazón? Puede que no sean más que polvo estelar. ¿Pero no es de polvo de estrellas de lo que están constituídos los sueños, las fantasías, ...? Al menos eso es lo que narraban en los cuentos.
Allá en ese lugar donde residen los recuerdos, podré encontrar aquello que nunca ocurrió. Paradójicamente, ese maravilloso mundo de la imaginación provocó esos sentimientos y sensaciones que tan hondamente se clavaron en mi recuerdo. Después de tanto tiempo, cuando miro al cielo en esas nochas de verano en las que raramente ese puden ver las estrellas, oyendo el rumor del mar, aún me sobrecojo cuando una estrella fugaz surca el cielo.